martes, 22 de junio de 2010

17 - Sin título


No sabría cómo titular este fragmento... ni siquiera debería llevar un título quizá. ¿Será mejor no tener un nombre y así ser olvidado más fácilmente? ¿Para qué recordar lo que queremos olvidar? Pero... ¿por qué olvidarlo, si a la vez hemos sido plenamente felices, al menos por un minuto?

Jonathan, uno de mis más queridos amigos, había vuelto a caer en un cuadro depresivo. Últimamente se le había visto muy constantemente a orillas del mar, caminando con mirada perdida y un cuadernillo. El mismo que vi días después en su habitación, con letra casi ilegible.

"Estas líneas las escribo en un momento de lucidez, en una etapa de mi vida en que pierdo la razón sin una causa aparente en forma ya demasiado constante. La causa la conozco solamente yo, y con ella me iré a la tumba. Mañana tal vez todo esto sea un sencillo recuerdo, pero como lo he plasmado antes en otras poco cuerdas lineas, será uno de los recuerdos más hermosos que habré atesorado en toda mi vida."

"Cómo lograr que el tiempo se detenga, y vivir un pedacito de él una y otra vez... como una película. Y mi película, mi propia película llega al final. Y tengo miedo pero..."

"Disfrazar, teñir de otro color mis propias vivencias es también un trabajo que me está costando cada vez más. Callar es también mentir."

"Y me pregunto... en qué momento llegué a perder la razón. Cómo pude dejarme hundir de esta manera al punto de no querer salir. Y es que no quiero... prefiero vivir de la ilusión que algún día pensarás igual que yo, sentirás lo mismo que yo y por fin podrás entender el por qué hice lo que hice."

"Imposible..."

"He vuelto. Dejé mi lápiz y mi cuaderno porque lloré. No se cuantos días estuve sin escribir. Esta vez la tristeza fue más fuerte que antes, y la sensación mucho más agotadora. Luego de eso recuerdo haber despertado, pero no había dormido, y sentí que la causa de mi llanto no era tal, no lo merecía. Y me sentí por un momento feliz. Fue como salir del agua y respirar bocanadas de aire en un intento verdaderamente desesperado. Fue como haber despertado finalmente de la peor pesadilla. Porque es así. Unas veces el más dulce sueño, y otras..."

"Cada cosa, cada sonido, cada aroma, me transporta a momentos determinados de mi niñez. Vivo de los recuerdos... y soy tan feliz. No puedo recordar nada reciente, solo los mágicos recuerdos del último verano, aquel que lo inició todo y que transformó mis más conservadoras convicciones. Fui refugiado, entregado completamente y transportado al mismo cielo. Ya no era un sencillo juego."

"Y dónde estará aquella tímida sonrisa ahora... y en qué lugar habrá quedado ese corazón..."

"Quisiera gritar..."

"Siento ganas de llorar..."

La tumba de Jonathan luce hoy tal como él hace unos meses atrás, descuidada y solitaria.

Y su secreto se ha ido con él.

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