miércoles, 9 de junio de 2010

16 - Te extraño...

El tiempo es algo curioso. Pasa inexorable frente a sus ojos, a veces parece mucho, otras, demasiado poco.

Habían charlado tan solo algunas veces de manera virtual. Alguna vez pensó en cuantas, pero no lo recordó. Tal vez fueron muchas, pudieron ser muy pocas... Datos que pudieron ser tan relevantes para él en otro momento y circunstancias, ahora pasaban a importar demasiado poco.

En una de esas conversaciones surgió su primer encuentro, el que sin proponérselo, se transformó en su primera noche juntos, una noche repleta de sensaciones, de mucha pasión, de extraños sentimientos (si, sentimientos) pocas veces vividos, lo que cambió todo para siempre.

El tiempo se detuvo bajo sus sábanas de una manera incomprensible. Con cada beso, cada caricia, cada abrazo... con cada contacto, uno se entregaba de forma irremediable e intensa al otro. Era un abismo infinito al que ambos se lanzaron sin pensarlo dos veces... ¿Por qué? Parecía que ninguno de los dos lo supo nunca.

Las blancas cortinas ondeaban en silencio. El sonido del mar se podía oir a lo lejos y la ténue luz de una creciente luna permitía distinguir las siluetas de dos personas abrazadas y de mirada perdida, tal vez pensando en lo sucedido... uno probablemente con satisfacción... tal vez el otro con profunda confusión.

Un "te quiero" en la mañana, un "te extraño" por la noche. Palabras suficientes para comprender lo incomprensible. Una delgada línea separaba la locura de la cordura. ¿La perdición?... a tan solo unos pasos.

Pero el tiempo no había sido el responsable de los derechos de cada uno. Uno podía enamorarse perdidamente del otro... el otro, aunque quisiera, no. No podía ser más que un juego. Y poco tiempo después (o mucho tal vez) algo sucedió y las espectativas se invirtieron...

Su relación de amistad (...amistad... qué nombre más inapropiado...) había comenzado de la forma menos correcta. Uno de ellos lo comprendía a la perfección... sus decisiones de vida se lo habían hecho asumir así...

Y en las frías noches de invierno, aquellas blancas cortinas ondean en silencio, el sonido del mar se puede oir a lo lejos... y la tenue luz de la luna permite ver a uno de ellos en profundo sueño sobre las mismas desordenadas sábanas.

¿El otro? El otro acaba de dar un beso de buenas noches a quién prometió un día amor para toda la vida... Con su cabeza en la almohada aún piensa en aquel mágico encuentro que lo cambió todo para siempre. Con sus pensamientos mirando hacia los recuerdos, susurró un "te extraño tanto"... susurro que nadie más oyó...

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