domingo, 27 de mayo de 2012

28 - Recuerdos


Un día como hoy, hace un año, el día estuvo exacta y perfectamente gris. Una suave y a veces agradable brisa tocaba su rostro cuando ya no tuvo control sobre sus actos y no supo distinguir ni separar sus fantasías de la realidad... Hace un año sus memorias fueron sustraídas y cobardemente destruidas en un acertado intento por borrar su pasado. Él no lo hubiese querido así. No sabía de consecuencias ni de castigos... mucho menos del perdón. Quizá sus perturbaciones mentales tenían tal grado asintomático que nadie lo percibió, ni siquiera él.

Fueron años... para él, siglos de recuerdos, de vivencias que no existen en otro lado, que nunca existirán en ninguna parte y que nunca más podrá revivir. Aquel pequeño baúl había sido quemado con la parte del aire que necesitaba para respirar encerrada ahí dentro, sin ninguna opción de salida. Podría haber escuchado el grito de sus palabras escritas en esos amarillentos cuadernos ante el ataque sin compasión del fuego.

¿Ahora? Ahora el mismo viento otoñal es el encargado de recordarle de tanto en tanto, en una especie de soplo de vida, que ya no todo tiene el mismo sentido cuando se produce la mágica coincidencia de abrir los ojos y entrar en sus cada vez más pausados estados de cordura.

En las tardes como estas se le ve de pie junto a los gigantes y otoñales árboles, con los brazos extendidos, sus ojos cerrados y una sonrisa de felicidad cada vez que las tristes hojas que caen tocan su rostro.

Ya nadie se cuestiona si es feliz. Ni él se cuestiona la existencia del fuego, aquel fuego, sin aire... su aire.