viernes, 2 de julio de 2010

19 - Agonía

A la luz de una tímida vela y una suave música, rodeados de desconocidos que estaban en lo suyo en las mesas contiguas a la nuestra, Jorge me contaba de lo decepcionante que resulto ser el darse cuenta que su corazón había sido traicionado... y desde siempre tal vez. Contrariamente a lo esperado por él, yo solo me dediqué a escuchar y no critiqué ni hice uso de mi ya manoseado "te lo advertí".

Jorge había conocido a quién se transformó en un imposible en circunstancias algo poco decorosas. Se avergonzaba cada vez que tenía que recordarlo, pero era necesario para que pudiese de una vez terminar con todo.

Y no fue fácil. Su obstinación lo condujo por una carretera de alta velocidad  y no se detuvo sino cuando se vio en el borde del precipicio. Primero saber que todos sus dichos, juicios y prejuicios se volvían en su contra, luego reaccionar y darse cuenta que realmente no debía seguir... y finalmente, y lo más triste, el darse cuenta la persona que lo cegó era muy distinta a aquella que le brindó algunos de sus momentos más felices.

Este mundillo es así, le dije.

Su mirada clavada en la flama que nos iluminaba indicaba que lo asumía, aunque demasiado tarde. Minutos después una lágrima cayó por su mejilla y sus ojos se cerraron. El silencio entre nosotros era abrumador, pese al ruido que había alrededor nuestro. No tuve palabras, las miles de frases que se me venían a la cabeza eran de reproche y comprendí que no era el momento.

Me preguntaba cuan difícil debe ser sobrellevar una pena del corazón, una como la de él, que luchó por una causa que desde el principio era imposible, que estuvo a punto de dejarlo todo y echar atrás convicciones y cambiar sus emociones por amor.

Cómo serían los futuros encuentros casuales, me preguntaba... ¿Existirá un  saludo? ¿Existirá un "cómo estás"?...

Su sonrisa y picardía habían desaparecido a tal punto que a ratos me hacía pensar en si realmente Jorge estaría todavía en sus cabales a estas alturas.

Jorge debía vivir su luto, Mal que mal aquel ser que fue tan importante para él había terminado agonizado en su corazón, y él mismo había tenido que matarlo.

Demasiado triste...

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